El día de hoy la coreana Samsung presentó oficialmente lo que ya se conocía pero no estaba develado, el nuevo Galaxy Z Fold2. La primera versión de este equipo, junto con la de su competidor Huawei, el Huawei Mate Xs, fueron lanzados el año pasado y no causaron mucha conmoción.

A ver, me explico. Sí fueron objeto de mucha cobertura de prensa porque eran productos innovadores, pero no pasó de ahí. Desconozco los números de ventas, pero estoy casi seguro que no rompieron ningún récord.
Entonces, ¿para qué las firmas lanzan sus modelos flexibles? Yo creo que es una declaración (statement en inglés) de su poderío tecnológico. Es un como “podemos hacerlo y lo hacemos” más que querer renovar el mercado por completo. De ahí que los teléfonos flexibles en general, estos dos ejemplos y también el Z Flip de Samsung y el Motorola Razr sean un proyecto a futuro y siempre serán de nicho. ¿Por?
Costo. Sin duda alguna, la tecnología siempre ha sido elitista en su arranque. Desde las primeras PC de 4,000 dólares o los celulares de 2,000, en aquellos días era un sueño poder comprar esos productos. La masificación ha hecho que hoy puedas conseguir un teléfono funcional por unos 2,000 pesos. Hay más baratos que eso, pero digamos que la banda de los 2,000 es un buen parámetro. Para que los flexibles sean una opción real, deben costar lo mismo que los Premium más elevados. Eso no está pasando.
Resistencia. Más pantallas implica más riesgos. De por si existen accidentes todo el tiempo que dejan teléfonos con pantallas rotas, en un producto que tenga 2 pantallas, pues la posibilidad de que se estropeen con una caída es mucho más elevada. Y eso combinado con el costo elevado, hace que sean productos delicados.
Usabilidad. Tal vez el punto más importante y el secreto del juego es qué tan integrado y desarrollado esté el software que corre en estos productos. He visto algunos avances importantes, pero no es sólo ponerle otra pantalla porque se puede. Esto requiere de mucha investigación y desarrollo para que el producto siga siendo fácil de usar, pero que aproveche realmente la función de las dos pantallas.
Con todo esto, creo que tendremos algunos nuevos modelos de estos productos en el futuro, pero, quédate tranquilo, igual y no son para ti. No importa que no tengas “lo último”, ya que el desarrollo de este segmento del mercado siempre dependerá de qué tanto aportan dos pantallas en la experiencia de uso y si realmente son eficaces.

He visto durante muchos años algunos “avances” en tecnología, por ejemplo, las impresoras 3D. Cuando salieron, las empresas nos hicieron creer que necesitábamos una en casa. Y sí, hubo un boom de estos productos y en las ferias había pabellones completos. ¿Qué pasó? Que nadie necesita este aparato en su casa a menos de que, seas de un nicho. Por supuesto que las impresoras 3D han resuelto muchos problemas y abren el camino para nuevos productos y soluciones específicas, pero no son para el consumidor final ni mucho menos.
Así es qué, ¿cómo ves? ¿Te late la idea de un flexible a menor costo o simplemente no lo ves en tu futuro? Espero tus comentarios.